lunes, 25 de agosto de 2014



Instrumentos musicales.

Clasificación.
Hay una amplia variedad de formas de agrupar los instrumentos. Una de ellas es atendiendo a sus materiales de construcción: metal, madera, barro, cuero y así sucesivamente. Esta es una convención seguida en el este de Asia y en cierta medida en la orquesta occidental con las familias de viento-madera y metal. Esta división no es totalmente lógica ya que, por ejemplo, clasifica dentro del viento-madera a las flautas y saxofones metálicos. Otro sistema consiste en agrupar los instrumentos por su uso (religioso, militar, doméstico) o sus funciones musicales (rítmica, melódica, armónica). En 1914 apareció un completo aunque complicado sistema conocido como el sistema Hornbostel-Sachs. En él se delimitan las familias instrumentales según lo que vibra y produce el sonido. Estas familias se denominaron: idiófonos (autorresonadores, sobre todo objetos sólidos), membranófonos (resonadores de membrana o parche), aerófonos (resonadores de aire) y cordófonos (resonadores de cuerda). Una quinta familia se ha añadido en los últimos años, los electrófonos (circuitos osciladores electrónicos).

Arpa.

Instrumento musical en el que las cuerdas, que suenan al ser pulsadas, van verticalmente desde el cuello o consola hasta la caja de resonancia o tabla.
Tipos: Las arpas cuentan con tres modelos básicos: arpa arqueada, en la que el cuello y la tabla tienen forma de arco; arpa angular, en la que forman un ángulo recto y el arpa de marco, en el que la tercera pieza, la columna, se coloca en el lado opuesto al ángulo, entre el cuello y la tabla, con lo que forman un triángulo seguro para soportar la tensión de las cuerdas. El arpa de orquesta moderna es del tipo de marco, grande y con 46 o 47 cuerdas (seis octavas y media, con siete cuerdas por octava). Las cuerdas graves están entorchadas, las agudas son de tripa o nailon. Para producir alteraciones (sostenidos o bemoles), el instrumento tiene siete pedales de doble acción. Cada pedal controla una cuerda en cada octava. El arpa se afina en la escala de do bemol mayor: cuando se pisa el pedal un nivel, cada cuerda controlada por él sube un semitono, de do bemol a do natural; cuando se pisan dos niveles, sube un tono, de do bemol a do sostenido.
Historia antigua: Las arpas de arco, las más antiguas, fueron conocidas en Sumer y Egipto entre los años 3000 y 2000 a.C. aproximadamente. Las arpas angulares aparecieron algo después. Las primeras aún se encuentran hoy en Birmania, zonas de África, algunas de Siberia y en territorios aislados de Afganistán. Las angulares fueron importantes en la música medieval árabe y persa. Se utilizaron hasta finales del siglo XIX en este último país. Las arpas de marco, casi exclusivamente europeas, aparecieron en el siglo IX y se desarrollaron en dos versiones, una utilizada en Irlanda y Escocia, y otra en la Europa continental. El arpa irlandesa es un instrumento potente, con una caja de resonancia amplia y profunda, tallada en un bloque de madera, cuello fuerte y grueso, y una dura columna curvada. Cuenta con 30 a 50 cuerdas metálicas que se pulsan con las uñas y producen un sonido brillante. Se utiliza desde el año 1800 aproximadamente. Las arpas medievales en otros lugares de Europa fueron más pequeñas y ligeras, con unas 7 a 25 cuerdas aparentemente de metal, y una tabla más estrecha y plana. En torno al 1500 se empezaron a utilizar cuerdas de tripa, y apareció una forma más alta con columna recta que pudo soportar más tensión de las cuerdas que la columna curvada. Esta arpa gótica es el antecedente de las arpas folclóricas de Iberoamérica y de las arpas irlandesa moderna y de orquesta.
Desarrollo posterior: Como la música desde el siglo XVI al XVIII fue demandando más notas que las siete del instrumento europeo, se hicieron intentos para producir las demás notas. Se incluyó una segunda fila de cuerdas afinadas con los bemoles y sostenidos (arpas cromáticas), se colocaron pequeños ganchos en el cuello que podían doblarse para acortar las cuerdas y subir su afinación y, por último, se conectaron esos ganchos (después discos rotativos) a pedales mediante palancas y alambres situados dentro de la columna. Inventada en 1720, la primera arpa de pedales simples pudo subir la afinación de determinadas cuerdas, lo que le permitió tocar en muchas tonalidades (no todas). Este sistema fue superado por el de doble acción, inventado en 1810 por Sébastien Érard en París.

Bandoneón.

Instrumento musical cromático de fuelle y lengüetas libres parecido al acordeón. Fue inventado a mediados del siglo XIX por el alemán Heinrich Band de Krefeld.
Su forma es cuadrada y su tamaño mayor que el de la concertina, participando más de las características de ésta que de las del acordeón. En lugar de teclado utiliza botones, 38 para el registro agudo y medio y 33 para el grave. Cada botón emite un sonido, de forma que para producir un acorde se deben pulsar varios a la vez. Su sonido es limpio y de una gran extensión, lo que le ha convertido, sobre todo desde principios de siglo, en un instrumento solista muy apreciado por las orquestinas de tango en Argentina, Uruguay y Brasil.
El argentino Alejandro Barletta consiguió popularizarlo en sus largas giras por el mundo, elaborando un repertorio propio para el instrumento. El compositor argentino Roberto Caamaño tiene un concierto para bandoneón y orquesta.
Clarinete.

Clarinete, instrumento de viento-madera formado por un tubo cilíndrico con una sola lengüeta que se fija sobre una abertura en la boquilla en el extremo superior del tubo. Por el inferior termina en un pabellón acampanado. Los clarinetes modernos están fabricados con diversos materiales (plástico y madera, sobre todo), y tienen veinte o más agujeros para producir los diferentes sonidos; algunos están abiertos para taparse con los dedos del intérprete, otros se tapan con llaves.
El ámbito del clarinete más habitual, el soprano en si bemol, es de tres octavas y media; la nota más grave es re3 (escrito mi3). Las notas por encima de la fundamental se consiguen pulsando una llave y soplando con más fuerza. Esto produce que la columna de aire dentro del instrumento vibre a frecuencia más alta. Al terminar el tubo cilíndrico, el clarinete sube una duodécima sobre el sonido fundamental (a diferencia de flautas y oboes que sólo suben una octava). Otros tipos de clarinete soprano menos comunes son el soprano en la, el contralto en mi bemol, el bajo (una octava más grave que el soprano) y el contrabajo, (una octava más grave que el bajo). El corno di bassetto de finales del siglo XVIII es un precursor del clarinete contralto. La música para los clarinetes se escribe como si estuvieran afinados en do; en el soprano en si bemol se emite esta nota cuando está escrito do. Los intérpretes pueden tocar diferentes instrumentos sin aprender nuevas digitaciones. El término 'clarinete en si bemol' hace referencia a la notación, no a la nota fundamental del instrumento.
El clarinete se inventó hacia 1700 por el constructor alemán de flautas Johann Christoph Denner de Nuremberg, como modificación del chalumeau, instrumento folclórico de lengüeta. En torno a 1840 se habían desarrollado dos complejos sistemas de llaves: el sistema Böhm, utilizado en la mayoría de países, y patentado en 1844 por el francés Auguste Buffet, que adaptó los adelantos para la flauta del alemán Theobald Böhm; y el sistema del constructor belga Eugène Albert, desarrollado hacia 1860, de orificios más estrechos y sonido más oscuro.
Los clarinetes forman parte de la orquesta desde 1780 aproximadamente aunque la primera mención del clarinete en una partitura aparece en una misa de J.A.J. Faber, organista de Amberes, en 1720. Entre las obras antiguas en las que se incluya el clarinete destacan la Obertura para dos clarinetes y trompa (1748) de Georg Friedrich Händel y el Concierto para clarinete en la mayor, K.622 (1791) de Wolfgang Amadeus Mozart que también usó clarinetes en su sinfonía denominada Paris. Después del clasicismo el clarinete se convierte en característica indispensable de toda orquesta.

Contrabajo.

Contrabajo, el instrumento más grande y grave de la familia de la cuerda frotada. Mide normalmente 1,8 m de alto, tiene cuatro cuerdas afinadas por cuartas en mi1, la1, re2 y sol2 y suena una octava por debajo de su notación. En algunos casos se añade una quinta cuerda grave afinada en si1. Hay instrumentos en los que la cuerda en mi1 se prolonga mecánicamente en el clavijero, con lo que llega a producir el do1. Existe también la llamada afinación solista fa#, si, mi1, la1. Su registro alcanza, junto a la tuba, la zona más grave de la orquesta.
En los siglos XVIII y XIX coexistieron tres bajos de cuerda (a menudo afinados en la2, re3 y sol3), que sobreviven en la música folclórica de la Europa del este. Los antiguos bajos de los siglos XVI y XVII tenían cuatro o cinco cuerdas (excepcionalmente seis). Aunque ya en una fecha tan lejana como 1493, el italiano Bernardo Prospero señala la presencia en Mantua de músicos españoles procedentes de Roma que tocaban “viole grande quasi como me”, lo que sugiere un posible origen español y una ulterior evolución a partir de la vihuela de arco del renacimiento. Puede considerarse un instrumento híbrido al poseer características de la familia de las vihuelas de arco (violas da gamba) junto a otras específicas de la familia de los violines, y algunas referencias históricas señalan la presencia simultánea de instrumentos de ambas familias.
Las orquestas de baile modernas añaden una cuerda aguda a los contrabajos, afinada en do3. Hasta el siglo XIX los contrabajistas usaron arcos con la vara curvada hacia afuera en relación con el encerdado; mucho después de que fuera normal el arco curvado hacia adentro en el violín, la viola y el violonchelo. El arco antiguo sigue en uso junto a los arcos modernos desarrollados en el siglo XIX. Entre los virtuosos del contrabajo debemos incluir al italiano Domenico Dragonetti, autor de conciertos, sonatas y diversas reducciones para el instrumento, al director ruso Serge Koussevitzki, que también ha escrito para contrabajo, y al contrabajista de jazz estadounidense Charlie Mingus.

Cornamusa.

Cornamusa, instrumento musical donde el aire es suministrado desde una bolsa inflada (odre) por el intérprete a uno o más tubos de lengüeta, a través de un conducto (portaviento) por el que se sopla o por un fuelle. Al ser el flujo de aire continuo los tubos suenan sin interrupción. Las notas melódicas repetidas deben articularse introduciendo notas de adorno (de muy corta duración) entre ellas. Los instrumentos más sencillos constan de un tubo de caña con una sola lengüeta cortada en un lado. En otros casos tienen dos tubos paralelos, uno melódico (caramillo) y otro armónico (bordón). La cornamusa ya era conocida en Europa y en el Asia occidental en los tiempos del Imperio romano, a menudo como instrumento de pastores. Los caramillos y los bordones de lengüeta simple siguen siendo característicos de las cornamusas de Asia, del norte de África y de Europa oriental, como la gaida búlgara. Los instrumentos de la Europa occidental, como el biniou bretón, cuentan con dos caramillos de sección cónica y conservan los bordones cilíndricos de lengüeta simple. La mayoría puede producir una escala de hasta nueve notas.
En España, la cornamusa de Galicia y Asturias se conoce con el nombre de gaita. Consta de un tubo melódico y dos bordones, uno de ellos con lengüeta doble, y puede presentar embocadura o fuelle. Los ejemplares más antiguos que han llegado hasta nuestros días de la highland escocesa datan de 1409. Excepto por la ausencia de bordón recuerdan al modelo escocés actual. La union pipe de Irlanda es una complicada cornamusa de fuelle con un caramillo cónico de doble lengüeta y nueve llaves cerradas.
La pequeña northumbrian tiene siete llaves cerradas en un caramillo cilíndrico de lengüeta doble cerrado por su base, por lo que puede hacer silencios. Su probable antepasado, la musette cortesana de los siglos XVII y XVIII en Francia, tenía normalmente dos caramillos cilíndricos de lengüeta doble (la segunda con las notas más agudas). Sus cuatro bordones cilíndricos de doble lengüeta se montaban en un único tubo grueso. La zampoña del sur de Italia tiene dos caramillos y dos bordones, todos de lengüeta doble.

Guitarra.

Guitarra, instrumento musical de la familia de los cordófonos. Tiene un cuerpo plano y entallado, con un agujero redondo y un mástil con trastes, a lo largo del cual hay seis cuerdas, número no obstante que puede variar según el tipo de instrumento, sujetas por un extremo con clavijas de tornillo y por el otro a un puente pegado a la caja del instrumento. Las tres cuerdas agudas son normalmente de tripa o nailon; las otras de metal. Se afinan mi2, la2, re3, sol3, si3 y mi4, con una extensión de tres octavas y una quinta según un acorde tipo. Los dedos de la mano izquierda del intérprete presionan las cuerdas en el traste adecuado para producir las notas deseadas, los de la derecha pulsan las cuerdas. Algunas guitarras con cuerdas metálicas, como sucede con las eléctricas, se pueden puntear con un plectro o púa.
Historia: Instrumentos como la guitarra existen desde tiempos antiguos, de hecho algunas teorías sostienen que su antepasado fue el laúd caldeo-asirio y otras que provienen de la cítara griega. Etimológicamente el término proviene de kithara (egipcio) o de kezarah (asirio). La primera referencia escrita data del siglo XIII y se encuentra en las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X el Sabio. En su forma antigua tenía tres pares de cuerdas más una sencilla (la más aguda). Se desarrolló probablemente en España, donde en el siglo XVI fue el equivalente en las clases bajas y medias de la aristocrática vihuela, instrumento de similar forma y origen, con seis cuerdas dobles. La guitarra se popularizó en otros países europeos en los siglos XVI y XVII. A finales de este siglo se le añadió un quinto par de cuerdas debajo de los otros cuatro. A mediados del siglo XVIII la guitarra adopta su forma moderna, cuando las cuerdas se hacen sencillas y se añade una sexta por encima de las otras. Los guitarreros del siglo XIX ensancharon el cuerpo, aumentaron las escotaduras laterales, engrosaron la caja y cambiaron la barra armónica. Las viejas clavijas de madera fueron reemplazadas por tornillos metálicos.
Guitarra eléctrica: La guitarra eléctrica, utilizada en la música moderna de todo el mundo, tiene normalmente un cuerpo macizo no resonador. El sonido de sus cuerdas es amplificado y manipulado electrónicamente por el intérprete. Básicamente, las únicas similitudes entre la guitarra clásica y la eléctrica radican en la digitación sobre los trastes y en la afinación de las cuerdas. El músico e inventor estadounidense Les Paul popularizó el instrumento a partir de la década de 1940 tras desarrollar varios prototipos para el cuerpo de este tipo de guitarra. También se ha popularizado la que comúnmente se denomina guitarra acústica, que a pesar de poseer un cuerpo acústico similar al de la guitarra clásica, tiene la posibilidad de poderse conectar mediante un jack a un amplificador de forma parecida a una eléctrica.
Guitarra clásica: Como instrumento de música clásica, la guitarra adquirió importancia gracias a la obra del compositor español Fernando Sor, a quien François Fétis llamaba el ‘Beethoven de la guitarra’, así como del también español Francesc Tárrega, a veces apodado el ‘Chopin de la guitarra’. El excepcional guitarrista Andrés Segovia llevó su música por todo el mundo. Han escrito obras para este instrumento compositores como Manuel de Falla, Joaquín Turina, Joaquín Rodrigo (autor del famoso Concierto de Aranjuez), Albert Roussel, Alexander Tausman, Mario Castelnuovo-Tedesco y los latinoamericanos Manuel María Ponce, Heitor Villa-Lobos y Leo Brouwer. Destacadísimo intérprete del instrumento, este compositor cubano ha escrito numerosas obras para guitarra, sola y con acompañamiento de orquesta. El magnífico desarrollo de la técnica guitarrística y el virtuosismo alcanzado por algunos de los grandes intérpretes de hoy día, como A. Lagoya, Narciso Yepes, Alirio Díaz, John Williams, A. Ponce u O. Ghiglia, han favorecido la producción de obras destinas a este instrumento por parte de compositores de vanguardia del siglo XX, como Pierre Boulez, Hans Werner Henze, Cristóbal Halffter o Georges Migot, entre muchos otros. De esta manera, el instrumento ha recobrado una importancia que durante el siglo XIX fue poco reconocida por parte de los grandes compositores.

Oboe.

Oboe, instrumento de viento de doble lengüeta, cuerpo de madera y tubo estrecho de sección cónica. Fue inventado en el siglo XVII por los músicos franceses Jean Hotteterre y Michael Philidor que modificaron el caramillo, más estridente, para su uso en interiores. Su oboe, llamado haut-bois ('madera alta'), tenía un cuerpo más estrecho que el caramillo, tres secciones en vez de una y una lengüeta más pequeña fijada en el extremo para los labios del intérprete. Hacia el año 1700 la mayoría de las orquestas incluían dos de estos instrumentos. Los oboes antiguos tenían siete agujeros y dos llaves; en torno a la primera década del siglo XVIII estaban en uso modelos con cuatro llaves. A comienzos del siglo XIX se añadieron nuevas llaves, quince o más, y el tubo y los orificios fueron rediseñados. Los instrumentos de la escuela francesa (utilizados en la mayoría de países hoy día) tienen un tubo muy estrecho y un sonido penetrante. Los de la escuela alemana (utilizados en Viena y su zona de influencia) tienen un tubo más ancho y un sonido más dulce. La extensión de los oboes modernos cuenta con dos octavas y media desde si 3. Georg Friedrich Händel, Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven, Robert Schumann y Karl Nielsen son algunos de los compositores que escribieron obras a solo para el oboe.
El corno inglés es un oboe contralto, una quinta más grave y probablemente idéntico al oboe da caccia ('oboe de caza') utilizado por Johann Sebastian Bach. El oboe d'amore ('oboe de amor'), inventado en torno a 1720 y también empleado por Bach en el Oratorio de Navidad, en la Misa en si menor y en el Magnificat, está afinado una tercera más grave que el oboe. Más recientemente han compuesto para él Richard Strauss con la Sinfonía Doméstica, Claude Debussy con Gignes y Maurice Ravel con el Bolero. El heckelphone (inventado en 1904) es un oboe barítono una octava grave respecto del oboe. Lo utiliza Strauss en la Sinfonía Alpina y en las óperas Salomé y Electra. También Paul Hindemith ha escrito un Trío para violín, heckelphone y piano. El término oboe hace referencia de forma genérica a todo instrumento de doble lengüeta, como los caramillos europeos (el zurla balcánico, por ejemplo), el aulos de la Grecia clásica, el nagasvaram indio y el hirichiri japonés.

Piano.

Instrumento de cuerda con un teclado derivado del clavicémbalo y martillos y cuerdas derivados del dulcémele. Difiere de sus predecesores, sobre todo, en la utilización del sistema del martillo impulsado hacia las cuerdas por la tecla, que permite al intérprete modificar el volumen mediante la pulsación fuerte o débil de los dedos. Por esta razón el primer modelo (1709) se denominó gravicembalo col piano e forte (‘clavicémbalo con suave y fuerte’). Su creador fue Bartolomeo Cristofori (1655-1731), fabricante de clavicémbalos florentino, al que se considera inventor del instrumento en 1698. Dos de sus pianos han llegado hasta nuestros días. La caja de uno, fechada en 1720, está en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York; la otra, de 1726, está en el Museo de la Universidad Karl Marx de Leipzig.
Evolución del piano: A partir de 1725, año en que el organero alemán Gottfried Silbermann, de Friburgo, adopta el sistema de Cristofori y construye dos pianofortes que somete a la consideración de Johann Sebastian Bach, los mayores avances se producen en Alemania. Quizá la contribución más importante fue la de Johann Andreas Stein, de Augsburgo, al que se considera inventor de un sistema de escape mejorado que sirvió para fundar la escuela vienesa de piano elogiada por Wolfgang Amadeus Mozart, que contó con el favor de la mayoría de los compositores alemanes de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Varios constructores de la Alemania central emigraron a Londres hacia 1760 y fundaron la escuela inglesa que, con John Broadwood y otros, empezó a trabajar para la producción de pianos más sólidos, cuya fama ha llegado hasta nuestros días. El francés Sébastien Érard fundó la escuela francesa en la década de 1790. En 1823 desarrolló el sistema de doble acción que todavía hoy es de uso general. En esta época, artesanos de muchos países europeos trabajaban para perfeccionar el instrumento. Se produjeron numerosas mejoras en el diseño y la construcción. Alemania y Estados Unidos han destacado en la fabricación de pianos, en especial la casa alemana fundada por Karl Bechstein y las estadounidenses Steinway, de Nueva York, y Chickering, de Boston. Los pianos de la fábrica austriaca Bösendorfer son también muy apreciados.
La extensión del piano primitivo era, como la del clavicémbalo, de cuatro o cinco octavas. De forma gradual se fue aumentando a más de siete. Para ello se realizaron cambios estructurales, como el incremento de la tensión de la cuerdas para producir ciertas notas. Existe un modelo de Bösendorfer que tiene un bajo extendido, gracias a lo que alcanza las ocho octavas.
Estructura moderna: El piano moderno tiene seis partes fundamentales (en la explicación siguiente los números entre paréntesis hacen referencia al diagrama de la estructura del instrumento): (1) El bastidor suele ser de hierro. En el extremo posterior se sitúa el cordal donde se sujetan las cuerdas. En el frente está el clavijero, en el que se distribuyen las clavijas de afinación. Alrededor de éstas se enrolla el otro extremo de la cuerda. La tensión se regula girando cada clavija. (2) La tabla armónica, pieza delgada de madera con un veteado muy regular, situada debajo de las cuerdas, refuerza el sonido mediante la vibración por simpatía. (3) Las cuerdas, fabricadas de hilo de acero, en las que aumenta el grosor y la longitud desde el agudo al grave. Las notas agudas disponen de dos o tres cuerdas afinadas al unísono. Las graves tienen una sola cuerda fortalecida al entorcharse en espiral un alambre fino. (4) El teclado es el verdadero mecanismo requerido para impulsar los martillos o macillos contra las cuerdas. La parte más visible consiste en una hilera de teclas que se accionan con los dedos. Las teclas de las notas naturales se fabrican de marfil o plástico, las de las notas alteradas de ébano o plástico. (5) Los pedales son palancas que se accionan con los pies. El pedal fuerte (derecho) levanta los apagadores para que las cuerdas continúen vibrando cuando las teclas se han dejado de pulsar. El pedal sordina (izquierdo) acerca los martillos a las cuerdas para que las golpeen con más suavidad, o los mueve hacia un lado para reducir el contacto. Algunos pianos tienen un pedal tonal en el centro que sostiene las notas producidas por las teclas pulsadas cuando el pedal está pisado. La utilización de los pedales produce variaciones en la calidad del sonido. En muchos pianos verticales al pisar el pedal de sordina se interpone una tira de fieltro entre los macillos y las cuerdas con lo que se produce un sonido tenue. (6) Según la forma del mueble los pianos se clasifican en de cola, rectangular y vertical. El cuadrado o de mesa no es muy común. Para el uso doméstico se suele utilizar el vertical, mejor para estancias pequeñas. Los pianos de cola se construyen en varios tamaños, desde el gran cola de 2,69 m de largo, hasta el colín, de menos de 1,8 metros.
Entre los pianos verticales se incluye el piano doméstico del siglo XIX, del que el gran piano vertical es un tipo mayor. Los modernos pianos de espineta y consola son verticales pequeños emparentados con el cuadrado. En los pianos verticales las cuerdas se sitúan en sentido vertical o diagonal desde el extremo inferior del instrumento. En los verticales y los colines las cuerdas graves se sitúan en diagonal respecto de las agudas, más pequeñas. Con ello se ahorra espacio y se distribuye la tensión al mismo tiempo. La tensión conjunta de las cuerdas de un piano gran cola de concierto es de unas 30 toneladas, en el vertical de unas 14 toneladas.
Método de pulsación: Cuando la tecla del piano se pulsa, las palancas que hay en el otro extremo suben y elevan otra palanca que lanza un martillo contra las cuerdas de una determinada nota. Al mismo tiempo, un apagador se separa de esas cuerdas para que puedan vibrar. Lo siguiente es una explicación detallada de cómo funciona el mecanismo. Los números entre paréntesis hacen referencia al diagrama en el que se muestra el mecanismo de un piano de cola.
La tecla (1) es una palanca que pivota (2) sobre una articulación elevadora. Cuando el pianista pulsa la tecla, la parte trasera asciende y la fuerza de la palanca de la tecla (3) presiona hacia arriba el puente (4), que actúa como bisagra. El lado libre de éste sube llevándose una pieza en forma de L llamada sostén del amortiguador o palanca de escape (5) y la palanca de repetición (9).
La articulación elevadora empuja al rodillo (6), un rollo de fieltro sujeto al brazo del macillo (7), y éste sube. El movimiento hacia arriba de la articulación se detiene cuando su extremo saliente golpea el botón regulador (8). El martillo sube rápidamente desde la articulación y golpea las cuerdas correspondientes. La palanca de repetición (9) también asciende, pero sólo hasta el extremo donde la articulación lo atraviesa, y toca el tornillo descendente situado en la cabeza del macillo (10); esta palanca permanece elevada hasta que la tecla se suelta.
El macillo cae hacia atrás, pero sólo en parte. Se detiene por la junta articulada golpeando la palanca de repetición que estaba arriba (9). La palanca de escape (5) puede entonces volver bajo el mango del macillo, elevado a su posición original. Al mismo tiempo, el empujador (11) hace que el macillo rebote contra las cuerdas.
Si la tecla se suelta, el macillo se mueve y la palanca de repetición queda elevada. Si el intérprete presiona de nuevo la tecla que ha pulsado antes, la palanca de escape (5) puede una vez más empujar al rodillo y al mango del macillo hacia arriba. Este sistema permite una rápida repetición de las notas antes de que la tecla y el martillo tengan tiempo de volver a sus posiciones originales. Fue una mejora importante en los mecanismos más simples y primitivos del piano y muy explotada por virtuosos como Johann Nepomuk Hummel y Franz Liszt.
Mientras tanto, la parte trasera de la tecla también ha empujado hacia arriba la palanca del apagador (12) que levanta a éste de las cuerdas de la tecla. Cuando ésta permanece en parte suelta, el apagador retrocede, se posa en las cuerdas y silencia su sonido.
Cuando la tecla se libera del todo todas las partes del mecanismo vuelven a sus posiciones originales por la fuerza de la gravedad. A diferencia de los pianos de cola, los modelos verticales no pueden depender de la gravedad para hacer que todo vuelva a su lugar. En un piano de cola el mecanismo se asienta horizontalmente sobre la tecla, en uno vertical se adapta para que se asiente más o menos en vertical. Ya que no puede depender por completo de la gravedad, incluye varios muelles y pequeñas tiras de tela para devolver el mecanismo a su lugar.

Saxofón.

Saxofón, familia de instrumentos de viento con lengüeta, inventada hacia 1840 por el constructor de instrumentos belga Adolphe Sax.
El saxofón combina en su construcción la embocadura de lengüeta simple del clarinete, un cuerpo metálico y una versión ensanchada del tubo cónico del oboe. El cuerpo tiene veinte orificios cubiertos por llaves que pueden ser abiertas o cerradas en grupos por medio de seis botones o platillos que se controlan con los dedos índice, corazón y anular de cada mano. Dos agujeros adicionales se utilizan para saltar octavas arriba o abajo de la tesitura normal. La mayoría de los saxofones tienen el pabellón curvo con lo que se asemejan al clarinete bajo; algunos, como el soprano, son rectos y se parecen al clarinete soprano. Los saxofones más conocidos son el soprano, el contralto, el tenor y el barítono, todos con una extensión de dos octavas y media. La calidad tímbrica va desde la suavidad y dulzura hasta lo ronco y metálico.
Los saxofones aparecieron por primera vez en la orquesta sinfónica en 1844. Algunos compositores han escrito partes orquestales para ellos, como los franceses Hector Berlioz y Georges Bizet. El alemán Richard Strauss utiliza un cuarteto de saxofones en su Sinfonía doméstica (1903). Entre las obras para saxofón solista destaca la Rapsodia (1903) para saxofón y orquesta de Claude Debussy y la Fantasía para saxofón y orquesta (1948) de Heitor Villa-Lobos. En la segunda mitad del siglo XX ha sido utilizado por Luciano Berio, Luigi Nono y Pierre Boulez, entre otros. En las bandas militares los saxofones desempeñan el mismo papel que los clarinetes. El saxofón se hizo especialmente popular en Estados Unidos por estar muy estrechamente relacionado con el desarrollo del jazz. Entre los instrumentistas de jazz destacan Sidney Bechet (soprano), Charlie Parker (contralto), Lester Young, John Coltrane, Coleman Hawkins (tenor) y Gerry Mulligan. Algunos músicos de jazz han utilizado con éxito saxofones de plástico.

Sitâr.

Sitâr, instrumento de cuerda del norte de la India, que pertenece a la familia de los laúdes. Es muy utilizado en la música clásica del Indostán. Se cree que fue introducido en la India desde Persia durante el periodo mogol (seh-tar, en persa tres cuerdas), y ciertos musicólogos han atribuido su invención a Amir Khusru, importante músico cortesano del siglo XIII.
Algo más pequeño que el antiguo vina, el otro instrumento de cuerda importante de la India, el sitâr está fabricado con madera de teca, con una caja de resonancia originariamente hecha a partir de una calabaza curada. El mástil recto lleva un diapasón ancho con entre 16 y 20 trastes móviles de latón o plata, de curva suave, que son colocados por el instrumentista según el raga (modo melódico que se inspira en un tema poético) que vaya a interpretar. Otro cuerpo de resonancia más pequeño aparece a veces debajo del extremo del mástil. Tiene siete cuerdas de acero y latón, cuatro para la melodía y tres que proporcionan el acompañamiento armónico y rítmico. Se pulsan con una púa o mizrab. Un juego de 11 a 19 cuerdas afinables de acero que vibran por simpatía añaden cuerpo y textura al sonido con su resonancia, aunque en ocasiones son pulsadas con el meñique.
El sitâr es un instrumento versátil con sonido delicado y brillante, apropiado para expresar el desarrollo lento y lírico de los ragas así como para servir a la interpretación virtuosa.

Trompeta.

Trompeta, instrumento de viento de metal que produce sonidos por la vibración de los labios del intérprete contra la boquilla. La familia comprende los instrumentos derivados del cuerno de los animales y los de tubo más o menos cilíndrico (entre los que hay de bambú, de madera o de lengüeta). En muchas culturas se encuentran trompetas hechas con grandes caracolas que se utilizan como instrumentos rituales. Las trompetas de plata y bronce con tubos largos y rectos, orificios cónicos y pabellón acampanado han llegado hasta nuestros días desde el antiguo Egipto y se parecen a otras trompetas antiguas como la hasosra hebrea, la tuba romana y el salpinx griego.
En la Europa medieval la trompeta larga y recta llamada buisine fue desplazada por una versión más corta hacia el año 1300. En torno al 1400 el instrumento se plegó en forma de S, y, hacia el año 1500 se arrolló en un bucle alargado. Con este aspecto, fabricado con bronce o plata, se convirtió en el instrumento propio de las ceremonias y en la trompeta orquestal hasta el año 1800. Su tubo estrecho y cilíndrico producía un sonido brillante, pero su registro se limitaba a la serie armónica (véase armónicos) de la nota fundamental según su longitud. Los constructores de instrumentos de principios del siglo XIX estudiaron cómo construir una trompeta que produjera toda la escala cromática dentro de su extensión. Una invención con corta vida fue el mecanismo de abrir y cerrar agujeros a los lados de los tubos. Hacia el 1820 se instalaron válvulas en la trompeta. Abriendo una se prolongaba el tubo y bajaba la afinación de la nota fundamental, con lo que se podía emitir toda la serie armónica.
Para poder interpretar las partes agudas escritas por Johann Sebastian Bach en el Segundo concierto de Brandeburgo y en la Misa en si menor, se utilizan en los conjuntos barrocos unas trompetas llamadas trompetas de Bach.
La trompeta moderna tiene tres válvulas y un orificio en parte cilíndrico y en parte cónico. El instrumento más habitual en las orquestas, afinado en si bemol, tiene una extensión de tres octavas a partir del fa sostenido 3. También se fabrican modelos en re y do.

Viola.

Viola, instrumentos contralto de la familia de la cuerda frotada. Tiene cuatro cuerdas afinadas en do 3, sol 3, re 4 y la 4. Mide entre dos y siete cm más que el violín, aunque sus dimensiones varían más que las de éste y el violonchelo, y se afina una quinta más grave que el primero. La mayoría de las violas tienen una sonoridad dulce y oscura en la tesitura grave y rica y penetrante en los registros medio y agudo. Los ejemplares más antiguos que se conservan son dos grandes violas del constructor italiano Gasparo (Bertolotti) da Salò. Aunque se utilizó con mucha frecuencia en numerosas obras antiguas como la ópera Orfeo (1607) de Claudio Monteverdi, la viola pasó a un papel secundario a partir de finales del siglo XVII y durante el siglo XVIII. En esta época se difundió una de menor tamaño. Con el romanticismo se produjo un resurgimiento del instrumento en composiciones como la sinfonía para viola y orquesta Harold en Italia (1834, de Hector Berlioz), inspirada en el poema Childe Harold de lord Byron, y en otras obras para solistas de Johannes Brahms y Robert Schumann volvieron a aparecer violas grandes. Durante el siglo XVIII la viola se utilizó sobre todo en la música de cámara, en especial en el cuarteto de cuerda.

Violín.

Violín, instrumento de cuerda frotada, el más agudo de su familia. Otros miembros de ésta son la viola, el violonchelo y el contrabajo. El arco es una vara estrecha, de curva suave y construida en madera del Brasil, de unos 30 cm de largo, con una cinta de crines de caballo que va de lado a lado del mismo. El violín tiene cuatro cuerdas afinadas por quintas: sol 3, re 4, la 4, mi 5. En los violines antiguos las cuerdas eran de tripa. Hoy pueden ser también de tripa entorchada con aluminio, plata o acero.
Construcción e interpretación: Las partes principales del violín son la tapa, normalmente de abeto curado, el fondo, de madera de arce, los aros, el mango, el diapasón, el clavijero, la voluta, el puente, el cordal y las aberturas de resonancia o 'efes' (ver ilustración). La tapa, el fondo y los aros están pegados para formar una caja hueca. Ésta contiene el alma, una barrita de madera colocada entre la tapa y el fondo, debajo y a la derecha del puente, y la barra armónica, un listón fino de madera pegado en el lado contrario del alma, a lo largo de la tapa. Los dos elementos son importantes para la transmisión del sonido. Además proporcionan un apoyo adicional a la estructura. Las cuerdas van desde el cordal, por encima del puente y del diapasón, hasta el clavijero, donde cada una se ajusta con una clavija de afinación. El instrumentista consigue diferentes notas pisando con los dedos de la mano izquierda las cuerdas contra el diapasón. Éstas vibran cuando el arco, formando un ángulo recto cerca del puente, las frota.
Entre las características más preciadas del violín destaca su capacidad melódica y su potencial de agilidad, que le permite interpretar pasajes brillantes y líricas melodías. Los violinistas pueden también crear efectos especiales por medio de las siguientes técnicas: pizzicato, pulsando las cuerdas; tremolo, moviendo el arco rápidamente atrás y adelante sobre la cuerda; sul ponticello, situando el arco casi encima del puente para producir un sonido delgado y cristalino; col legno, tocando con la vara del arco en vez de con la cinta de crin; armónicos, pisando las cuerdas sin que toquen el diapasón, con lo que se consigue un sonido agudo y aflautado y glissando, al pasar los dedos de la mano izquierda a lo largo de la cuerda para producir una afinación ascendente y descendente.
Historia: El violín surgió en Italia a comienzos del siglo XVI. Parece haber evolucionado a partir de dos instrumentos de cuerda frotada: la fídula, también denominada viella y rebec, y la lira da braccio (instrumento como el violín con bordones separados del diapasón). También relacionado con el violín pero no un antecedente directo, es la viola da gamba, instrumento de seis cuerdas con trastes que apareció en Europa antes que el violín y existió junto con él durante unos 200 años.
Los más importantes violeros fueron los italianos Gasparo (Bertolotti) da Salò y Giovanni Maggini de Brescia y Andrea Amati de Cremona. El arte de la construcción del violín brilló con gran intensidad en el siglo XVII y comienzos del XVIII en los talleres de los italianos Antonio Stradivarius y Giuseppe Guarneri, ambos de Cremona, y del austriaco Jacob Stainer.
Comparado con los instrumentos modernos, el violín antiguo tenía un mango más grueso, menos inclinado hacia atrás, un diapasón más corto, un puente más bajo y cuerdas hechas sólo de tripa. Los arcos antiguos eran algo diferentes en su diseño de los actuales. Estas características constructivas fueron modificadas en los siglos XVIII y XIX para producir un sonido más duro y brillante. Varios violinistas del siglo XX han restaurado y empleado instrumentos del siglo XVIII por considerarlos más adecuados para interpretar la música antigua.
En el pasado el violín no gozaba de muy buena reputación; se lo utilizaba para acompañar danzas o para doblar a las voces en la música polifónica. A comienzos del siglo XVII aumentó su prestigio al ser utilizado en óperas como Orfeo (1607) de Claudio Monteverdi, e impulsado por la orquesta del rey francés Luis XIV, los 24 violins du roi, formada en 1626. Esta tendencia continuó durante el barroco con obras de importantes compositores e intérpretes como Arcangelo Corelli, Antonio Vivaldi y Giuseppe Tartini en Italia y Heinrich Biber, Georg Philipp Telemann y Johann Sebastian Bach en Alemania. El violín se convirtió en el principal integrante de las obras instrumentales: el concierto a solo, el concierto grosso, la sonata, la trío-sonata, la suite y la ópera. A mediados del siglo XVIII era uno de los instrumentos solistas más populares de la música europea. También formaban la sección más importante de la orquesta, con más de la mitad de sus integrantes. La agrupación instrumental de cámara más desarrollada de este periodo, el cuarteto de cuerdas, está formada por dos violines, viola y violonchelo.
Durante el siglo XIX los virtuosos del instrumento recorrieron toda Europa. Entre ellos están los italianos Giovanni Viotti y Niccolò Paganini, los alemanes Louis Spohr y Joseph Joachim, el español Pablo de Sarasate y los belgas Henri Vieuxtemps y Eugène Ysaÿe. En el siglo XX el violín ha alcanzado nuevos logros artísticos y técnicos con maestros con Isaac Stern, Yehudi Menuhin, Fritz Kreisler, Jascha Heifetz, Mischa Elman, Nathan Milstein, Joseph Szigeti y David Oistrakh.

Violonchelo.

Violonchelo o Violoncelo, instrumento grande, de tesitura grave, perteneciente a la familia del violín, que se sostiene entre las piernas del intérprete. Tiene cuatro cuerdas afinadas en do 2, sol 2, re 3 y la 3. Su extensa tesitura abarca más de cuatro octavas. Los chelos más antiguos conservados son dos de 1560 construidos por el violero italiano Andrea Amati. Hasta finales del siglo XVIII el violonchelo fue principalmente un instrumento de apoyo que interpretaba la parte de bajo y rellenaba la textura musical. Johann Sebastian Bach compuso 6 suites para violonchelo solo en torno a 1720. También en el siglo XVIII Antonio Vivaldi y Luigi Boccherini escribieron conciertos para chelo si bien, curiosamente, Wolfgang Amadeus Mozart no escribió obras a solo para este instrumento. En el siglo XIX las composiciones para violonchelo incluyen conciertos de Johannes Brahms (el Doble concierto para violín, violonchelo y orquesta en la menor opus 102) y el compositor checo Antonín Dvorák. Durante el siglo XX músicos como Serguéi Prokófiev y Dmitri Shostakóvich exploraron sus más remotas posibilidades. El violonchelista más destacado del siglo XX fue el español Pau Casals. Un rival cercano fue el virtuoso ruso Mstislav Rostropovich.

Instrumentos automáticos.

Instrumentos automáticos, instrumentos que ejecutan música por sí mismos, sin necesitar la acción de un intérprete. También entran dentro de esta categoría aquellos instrumentos, como el organillo, que pueden reproducir música con la ayuda de una palanca o algún tipo de mecanismo que debe ser accionado por una persona.
Aunque la historia de los instrumentos automáticos o automatófonos se remonta muchos siglos atrás, los primeros ejemplos claros que se tienen son pequeños carillones fabricados durante la edad media y el renacimiento. No obstante, es a partir del siglo XVI cuando la fabricación de este tipo de instrumentos adquirió mayor popularidad. Son numerosos los artilugios que se idearon, como los órganos de agua o de aire, las cajas de música y los violines y violonchelos automáticos, como la Violina de Ludwig Hupfeld. Incluso a comienzos del siglo XIX, el alemán Johann Nepomuk Maelzel inventó el Panarmonicón, que podía simular los sonidos de una orquesta entera a través de tubos de órgano e instrumentos de percusión automatizados. El mecanismo más popular dentro de este género fue el cilindro taladrado, con el que más tarde se permitió grabar en rollos de papel la música ejecutada por un intérprete y reproducirla automáticamente en el instrumento. Estos cilindros se comenzaron a utilizar en espinetas y cajas de música, y se mejoraron substancialmente con las pianolas, en las que también se pudo recrear factores como la dinámica y la intensidad del sonido.



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